Bello durmiente a la espera de su resurreción. La imagen y semejanza ha recreado al creador encarnado en la piedra o en el cuerpo. El círculo se ha cerrado otra vez. La Rosa Mística lo encarnó en su cuerpo. La Rosa Mística y la imagen y semejanza son lo mismo al momento de parir al Bello. Una lo parió niño, otro lo parió muerto. Pero el niño bello durmió al nacer, como el bello durmió al morir. En ambos casos el bello durmió. En ambos casos el bello despertó.
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