August Strindberg. Den Frendlose. 1898.
Ella es la canción de Aulin -sobre en un poema de Strindberg- que puedo escuchar sin agotarme en las sucesivas repeticiones. La canción que Anne Sofie Von Otter canta encantadoramente. Como en un cuadro de Rossetti o de Millais, piano y voz languidecen. Como lánguida es la visión de Tierra Santa soñada desde Suecia. Estética del paraíso perdido. Bella decadencia susurrante que intuye lo inevitable. Anne Sofie Von Otter frasea situada en el nervio de cada verso. Nervio desfalleciente, aun cuando lucha por persistir en la melodía. A la "amada" la concibo como la Lizzy Siddal de Rossetti en la vaporosa atmósfera de Millais. Ajena a la mujer esperada en Tierra Santa. Imaginación decadente la mía que se eleva más allá de estas islas. "Och ridderen for uti osterland....Y el caballero cabalgó hasta Tierra Santa".
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