Fleetwood Mac, donde todo respira |
Una buena/bella canción respira. Toma aire y lo exhala. Permite a la melodía expandirse por la estructura armónica. En una buena canción, todos los elementos están a favor de la canción. Nada sobra, no hay nada de más. Una buena canción se encuentra en el corazón. Es decir, sigue el latido del corazón. Y el corazón y la respiración están unidos. Como esta unido, en un sólo vaivén, la ola del mar que se forma al llegar a la orilla y luego regresa de manera repetida. Entonces, el mar respira.
También respiran las estrellas. ¿No es el cintilar de las
estrellas también una forma de respiro? ¿Y el ciclo que va del solsticio al
equinoccio no es una forma de respiración? Quizás toda la realidad respira.Y es
en la música donde la respiración del universo se hace más evidente.
Como decía, las buenas canciones respiran y dejan respirar.
El corazón humano late de forma libre, sin angustia, sin presión. El caos es
intranquilidad, impaciencia. La mala canción, la canción fea, es aquella que
nos llena de horror, de angustia, de impaciencia.
Por cierto, ¿cuál es la mejor canción? ¿cuál es la más
bella? Ayer en la noche, cuando dormías, respirabas de este a oeste. Respirabas
bonito, como la buenas/bellas canciones.
Presento algunas canciones que respiran. Como siempre me
dejaré llevar por mis impresiones.
1. Sara de Fleetwood Mac, del álbum Tusk de 1979. Tras el
famoso Rumors, Fleetwood Mac tenía la ardua tarea de superar a aquel disco
enorme. Tusk fue la respuesta. Sara fue compuesta por Stevie Nicks y la canta
de esa manera que sólo ella puede cantar: haciendonos creer que está cantando
para nosotros, frente a frente. Todo aquí respira, desde el inicio al fin. Voz,
letra, instrumentos. ¿Cómo no
emocionarse en paz cuando Stevie Nicks empieza con: Wait a minute baby/ Stay
with me awhile / Said you'd give me light /But you never told me about the
fire?
2. I can`t tell you why de Eagles, del álbum The Long Run de 1979. Nuevamente la presión de tener que superar el disco anterior. Eagles habían llegado a la cima de todo lo que podía llegar con Hotel California de 1976. Tres años después graban lo que sería su último gran disco. En The Long Run destaca esta hermosa canción, donde el estribillo I can´t tell you why, cantado por Thimothy B. Schmith, sobrecoge por su tenue altura. Los elementos se articulan entre sin ningún desenfreno. No hay maquillaje que oculte su sencillez cálida. Parece una canción hecha por dos amigos en medio de la noche y un par de copas invernales sin tonterías lloronas.
3. She is gone de Hall & Oates, del álbum Abandoned Luncheonette de 1973. Con arreglos a lo Phil Spector, con texturas propia del soul y toda la intensidad de dos grandes voces, She is gone es una canción que puede ser escuchada una y otra vez y, una y otra vez, se puede percibir su agradable respiro. La canción es triste, la letra es muy triste, pero qué importa. El aire aquí es el protagonista. El inicio de la canción es soberbio: El coro al centro de gravedad y Hall y Oates aun más abajo, tratando de ir subiendo en el momento oportuno. Incluso la grandilocuencia final puede ser permitida gracias a su gran inicio. Bella canción por todos lados. Ese inicio preciso: Everybody's
high on consolation /Everybody's trying to tell me what's right for me
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