Mijail Glinka (1804-1857) es para mi un compositor inasible. En general, aun me cuesta individualizar a los músicos rusos del siglo XIX. Todavía los considero un concepto o un referente general y no un nombre particular. Es curioso. Los compositores rusos del siglo XX me resultan plenamente identificables, sobre todo Shostakovich (mi compositor esencial del último siglo). Sin embargo, Glinka, Borodin, Balakirev, Cui, incluso Mussorgsky, entre otros, son parte de un todo aun desconocido. No me ocurre ello con Tchaikovsky que me parece - con el error del caso- un compositor algo más cosmopolita (y en mi caso más comprensible)
A pesar de mi enorme ignorancia en música rusa, si me preguntan cuál podría ser el rasgo que la distingue, podría pensar que es la preeminencia de la melodía. Esto no quiere decir que se deje de lado la armonía. En todo caso, la melodía es casi siempre un referente que no pasa desapercibido.
Pretendo iniciar un serie de entradas sobre músicos rusos. Además, de paso, puedo conocerlos un poco más. Empiezo con Glinka y con una composición que guardo en mi memoria, aunque no reconozca el origen del recuerdo. Es muy popular y me encanta: Kamarinskaya. Compuesta en 1848, es tan conocida que forma parte del folclore ruso. Les presento dos versiones. La primera muy tradicional y la otra en una interpretación académica y formal.
Kamarinskaya. Mijail Glinka. Interpretada por una orquesta militar de la extinta Unión Soviética
Versión dirigida por el peruano David del Pino Klingue
Versión de la Orquesta de instrumentos populares de la república de Tatarstán. (Federación Rusa). Un deleite.
1 comentario:
No entiendo ¡¡¡
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