Si, existe. Siempre voy a ese lugar. Cuando pasan varios días sin estar ahí, me impaciento y cierta tristeza me embarga. Pero cuando llego, soy inmensamente feliz. Respiro el aire de ese paisaje humano y humanizado. Probablemente el paisaje más humano de todos. Ecosistema de mi peculiar condición humana. Así, cada tomo y volumen se constituyen en el nutriente que me permite vivir y, luego, fluir. Borges lo dijo a su doliente manera en el Poema de los Dones:
Poema de los Dones
Nadie rebaje a lágrima o reproche
Esta declaración de la maestría
De Dios, que con magnífica ironía
Me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños
A unos ojos sin luz, que sólo pueden
Leer en las bibliotecas de los sueños
Los insensatos párrafos que ceden
Las albas a su afán. En vano el día
Les prodiga sus libros infinitos,
Arduos como los arduos manuscritos
Que perecieron en Alejandría.
De hambre y de sed (narra una historia griega)
Muere un rey entre fuentes y jardines;
Yo fatigo sin rumbo los confines
De esa alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente
Y el Occidente, siglos, dinastías,
Símbolos, cosmos y cosmogonías
Brindan los muros, pero inútilmente.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca
Exploro con el báculo indeciso,
Yo, que me figuraba el Paraíso
Bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra
Con la palabra azar, rige estas cosas;
Otro ya recibió en otras borrosas
Tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías
Suelo sentir con vago horror sagrado
Que soy el otro, el muerto, que habrá dado
Los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema
De un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido
Mundo que se deforma y que se apaga
En una pálida ceniza vaga
Que se parece al sueño y al olvido.
Hace poco terminé la lectura de Johann Sebastian Bach. Los días, las ideas y los libros del músico y escritor paplonense Ramón Andrés. Un estudio sobre el cantor de Leipzig a partir de los libros que leyó, tuvo y, con seguridad, conoció. Ubicar el nexo entre ideas, libros, historia intelectual y cultural no es una tarea sencilla. Más aun cuando el objeto de estudio es alguien que elevó nuestra condición humana a un nivel más alto y amplio de feliz realización. Pues pienso que las personas enormemente talentosas nos realizan, de algún modo, a todos. Seres como Bach nos elevan a una categoría impensada para un compuesto de moléculas de carbono.
Lejos de esta consideración casi mítica, el Bach hombre histórico, leyó, pensó y se relacionó con su entorno. Y, al hacerlo, nutrió su obra de referentes que hoy en día se encuentran extinguidos, evolucionados o trasgredidos. Gracias a un libro como el menciono, podemos hacernos una "imagen" más cercana sobre Bach y nos permite comprender, con mayor profundidad y devoción, aquello que motivó su quehacer como músico. Además, reconocer en su real dimensión la historia del ideal de occidente.
Concierto para clavicordio, cuerdas y bajo continuo, número 5 en fa menor BWV 1056. Segundo movimiento: Largo
Versión transcrita del mismo concierto para piano en vez de clave. En el piano, el gran Glenn Gould. Realmente insuperable en 1958.
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