El título que acompaña al Concierto para Violín de Alban Berg (1885-1935) es sugerente: "A la memoria de un ángel". Fue su obra más célebre y es parte del repertorio más ejecutado de la música del siglo XX. Se presenta como un compendio del dodecafonismo y sus posibilidades para un instrumento. El origen del nombre es conocido. Se trata de un homenaje que Berg hizo a Manon Grupius, la hija que el célebre fundador de la Bauhaus ,Walter Gropius, tuvo junto a Alma Mahler, viuda de nuestro admirado Gustav Mahler. La joven murió a los 18 años y afectó enormemente a Berg. Poco antes del estreno murió el importante músico austriaco. De modo que este requiem en honor a Manon Gropius se transformó en el requiem para el mismo Berg.
La obra esta dividida en dos movimientos: Andante-allegro y Allegro (ma sempre rubato)- Adagio. Y en la parte final cita musicalmente la melodía de la cantata de Bach BWV 60: "Oh, Eternidad, tu palabra del trueno", adecuándola a la estructura serial propia del dodecafonismo. Este concierto, trágico en su origen, forma y disposición, será siempre una de la cumbres de la música de la primera parte del siglo XX. Además un acelerado tratado de la sedición estética convertida en dolor.
Concierto para violín "a la memoria de un ángel". Violín: Frederieke Saeijs. Vale la pena completo.
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