El principio clásico es evidente: alma bella en cuerpo bello. Serenidad y mesura. Idea que resplandece en lo inmutable. En cambio, el éxtasis ya es un conflicto. El alma poseída que impone su locura al cuerpo. El alma, ese sueño reciente frente al antiguo cuerpo. La hybris que dispara contra la "novia de la inviolable de la quietud". !Qué poder profético habitan en estas esculturas! ¿Qué pudo haber ocurrido cuando el origen de este éxtasis, cuando los prodigios seculares de este éxtasis, abrieron la puerta a todo esto? "Esto" que es tan difícil de expresar. Kenosis de la humanidad.
1 comentario:
Muy interesante su blog
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