No hay día que no encuentre algo que me emocione y estimule mi pensamiento, mi imaginación, a pesar del inmenso y descomunal poder que tienen las costumbres pedestres en este insignificante país de variada gastronomía. Felizmente existen otras cosas, otro tipo de existencias que logran abrirnos a un mundo que posee su propia consistencia, lejos de las vivencias de la tribu.
Ayer escuche -por enésima vez- La Canción de la Tierra de Mahler. Y estuve leyendo algunas reseñas del último libro de Peter Watson, La Edad de la Nada. Asimismo, el amanecer dibujo en el cielo enormes resplandores amarillos y naranjas, similares a unas fotografías de Quasars que vi hace unos días.
Esta es mi vida, lejos de la derecha, lejos de la izquierda; lejos del neoliberalismo y también lejos del interculturalismo étnico; igualmente, lejos de la teología de la liberación y lejos de las teologías dogmáticas conservadoras. Vida sin utopías sociales ni ideales (porque son terribles), pero tampoco de pesimismo lacerante (porque es horroroso y paralizante).
Me emociona el saber en todas sus manifestaciones; la ciencia, lo que pueden hacer y seguir haciendo las diversas ingenierías. Me apasiona la lectura histórica del mundo social y sus construcciones. Vivo en un estado de fascinación constante por la complejidad y la apertura infinita de lo real. Como decía Nietzsche en Zaratustra y nos trae Mahler en su tercera sinfonía: "El mundo es profundo. Y más profundo de lo que el día recuerda".
Lástima que la vida dure unos años menos que una centuria. ¡Hay tanto que me gustaría ver¡ ¡ Tanto que quisiera conocer¡ ¡Tanto qué vivir¡ Una vida no basta. No veré la colonización humana de Marte. Tampoco el fin de la muerte transhumano. No veré la terratransformación de otros planetas, Ni tampoco lo viajes por el espacio-tiempo en los agujeros de gusano creados por la ingeniería humana. Ni la música, ni los edificios, ni la danza del siglo XXII ó XXIII. Curiosidad omnivora la que me consume.
Me queda fascinarme con las cosas interesantes que me rodean, emocionarme cuando encuentro un argumento bellamente estructurado o una hermosa teoría. Consumir un libro como si la vida se me fuera. Y oír música para viajar por el universo que me asombra. Siempre he sido así. Esa es mi identidad: pensar libremente hasta el último día de la vida.
2 comentarios:
¡no perderse a sí mismo!...
http://unocadadia.blogspot.com.ar/2015/02/un-periodo-magnifico.html
Gracias por el enlace. Lindo texto de Wittrgentein. saludos
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