Música Principia

“Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos...”. E. M. Cioran, Silogismos de la amargura.

"Por la música, misteriosa forma del tiempo". Borges, El otro poema de los dones.

jueves, 2 de enero de 2014

Mientras transcurre la Missa Syllabica



La ciudad se hunde en la niebla de pólvora que ha dejado la insufrible celebración de fin de año. Miles de aves deben estar muertas y muchos (como yo) probablemente estarán restaurando su sistema nervioso. Cada día me parece más perversa y temible la obligada alegría del fin de año. ¿Qué se queman en esos infinitos fuegos y juegos artificiales? Se crema el fracaso, se calcina la levedad interior. Como no hay guerras contra otra tribu, la guerra es contra uno mismo. Cada uno se obliga a su propio holocausto. En cada estallido se están quemando ellos mismos.

Ahora, en esta mañana de 2 de enero, escucho la Missa Syllabica de Arvo Pärt. Composición para coro y órgano de 1977. En esta obra se une lo que mejor logra unir Pärt: tradición y aventura sonora. Fe en las potencias de la música y en la idea sagrada que la ilumina. Mientras escucho el Kyrie de la Missa Syllabica, el terror del fin del año se ha extinguido. Vuelve el tiempo ordinario, el mejor de los tiempos.

Missa Syllabica de Arvo Pärt

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