Fotograma de Fearless, film de Peter Weir de 1993 |
La coexistencia entre lo que hay, lo que hubo y lo que habrá, eso es la música. Define bien Barenboim, pianista y sabio de la misteriosa forma del tiempo, que la música es el transcurrir de la nada al ser y del ser a la nada. El fuir de los instantes como es realmente es la vida. Por ello la coexistencia. Pero fue leyendo a Thomas S. Eliot, el poema cinco de Burnt Norton de los Cuatro Cuartetos, que tome conciencia plena de la música.
Not that only, but the co-existence,
Or say that the end precedes the beginning,
And the end and the beginning were always there
Before the beginning and after the end.
And all is always now.
Or say that the end precedes the beginning,
And the end and the beginning were always there
Before the beginning and after the end.
And all is always now.
(No la calma de un violín, mientras dura la última nota,
No es sólo la coexistencia,
O, digamos, que el fin precede al comienzo,
Y el fin y el comienzo siempre estuvieron ahí
Antes del comienzo y antes del fin.
Y todo es siempre ahora)
Sinfonía 10 de Gustav Mahler. El gran música sólo terminó de modo definitivo el primer movimiento, Andante-Adagio. La versión que comparto es la de Leonard Bernstein. Por ser inconclusa tiene que ver con lo que he escrito líneas arriba. La atmósfera evanescente me hace pensar en la naturaleza inacaba de la música a pesar de su evidente actualidad. Como la vida que se esfuma pero que pretende seguir en la nota siguiente.
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