A la muerte del gran compositor alemán, según Schlosser y Schindler, dos personajes muy cercanos a Beethoven, se encontraron unos setenta libros a su alrededor. Incluso, en se mesa de noche, se hallaron volúmenes de poesía de Goethe y Schiller que, al parecer, estuvo leyendo en sus últimos días. También, se encontraron en un anaquel cercano a su cama, el teatro completo de Shakespeare en traducción de Schiller ( al parecer Beethoven no se tomo la molestia de estudiar a fondo el inglés). También las obras de Homero, la tragedia griega y una versión bilingüe de la Comedia de Dante. Asimismo un Atlas cartográfico de Europa y de otras partes del mundo, la Biblia en traducción de Lutero (curioso pues Beethoven no era integrante de ninguna iglesia reformada, tampoco católico practicante a pesar de la Misa Solemnis).
Otro dato que revela los intereses de lector de Beethoven es el que reseña Steinitzer es que Beethoven siguió algunos cursos en la universidad de Bonn, matriculándose en las asignaturas de Historia y de Literatura. Lo que demuestra porque se hallaron varios tomos con las obras de Tucídides. Además Beethoven, en su juventud, como muchos de sus contemporáneos, leyó a Kant. Sin embargo, su interés por la filosofía no fue completo. Tras su muerte se encontraron algunas ediciones fragmentarias de los Diálogos de Platón y varios libros de Kant, resaltándole la primera edición de la Historia natural general y Teoría del Cielo de 1755, textos del llamado periodo precrítico. También las tres críticas kantianas (de la razón pura, de la razón práctica y la del juicio). No se halló ninguna obra de Hegel a pesar de ser haber nacido, ambos, el mismo año (1770). Es curioso, pues si hubo un filósofo que ejercía un dominio casi absoluto sobre el pensamiento germano por aquello días era, sin duda, Hegel. Sin embargo, Beethoven vivió y murió en Viena y esta ciudad no fue un espacio intelectual precisamente amigable a la filosofía hegeliana.
Se mencionan otras obras que no revisten mayor interés para nosotros. Se trata de autores que fueron reconocidos en la Viena de las primeras décadas del siglo XIX y que después, como suele pasar, cayeron en el abismo del olvido ¿Qué se desprenden de estos datos? Que probablemente Beethoven no fue un compositor precisamente culto comparado con Wagner, Mahler, Schoemberg, entre otros. Pero hay que considerar que, comparando a Beethoven con muchos de sus predecesores (a excepción de Mozart o quizá Haydn), la formación del genio de Bonn era considerablemente superior.
¿Influenció en Beethoven su interés por la lectura? Es muy probable. Es sabido que la parte coral de la Novena proviene de un poema de Schiller (poeta muy querido por Ludwig) y que, como reseña Grillparzer y el mismo Schindler, Beethoven estuvo trabajando sobre el Fausto de Goethe. Se sabe que estaba tratando de iniciar la composición de una opera sobre el drama faustico. !Hubiera sido tan interesante esta obra! Pero en fin, Beethoven leyó. ¿Harán lo mismo muchos de los artistas jóvenes de nuestros días?
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