Monumento a César Franck, en Francia. |
Cuando se escucha el quinteto para piano y cuerdas en re menor de César Franck, se tiene la impresión de estar asistiendo a cierto tipo de funeral. No un funeral de la muerte que le sigue a la vida ida. Sino el funeral de cierto tipo de esperanzas, de expectativas. Funeral que, incluso, abusa de la melancolía. Pienso que es una de las obras para cámara mas intensas y mejor logradas. Además creo que debería ser más reconocida por un número extenso de melómanos.
El poeta español Eloy Sánchez hizo un hermoso poema a partir de la relación (maestro-alumna) que el gran compositor belga tuvo con Augusta Holmés, compositora nacida en Irlanda y que ahora se encuentra en proceso de reconocimiento. Los movimientos del quinteto de Franck le dan título a este tríptico de Eloy Sánchez. Comparto con ustedes el quinteto, el poema y el deseo procurar extender mi admiración por esta gran obra de Franck. Obra que, por cierto, también fue grandemente admirada por Marcel Proust.
Comparto el quinteto de Franck y el poema de Eloy Sánchez dividido en tres secciones a partir de los movimientos.
CÉSAR FRANCK A AUGUSTA HOLMES
(Quinteto para piano en Fa menor)
1 (Molto moderato, quasi lento - Allegro)
Cuando
ya no esperaba que nada perturbase
el
sosiego y el orden que yo mismo elegí para mi vida,
apareciste
tú, y de repente toda la paz que poco a poco
fui con
paciencia conquistando apartóse de mí,
y una
llama muy viva ahora me habita el alma.
Tú tal
vez no comprendas lo que esto significa para un
hombre
como yo,
que siempre ha estado, en realidad, tan solo,
a pesar
de la fiel compañía de unos pocos amigos
y de la
larga dicha conyugal que mi mujer me ha dado.
Es como
si de pronto un ruiseñor cantara
en la
desolación de un árbol anclado en el invierno
y sus
ramas desnudas de nuevo recordasen
la gracia
del verdor bajo el influjo de esta música.
2 (Lento, con molto sentimiento)
Mi vida
ha sido un duro camino de fracasos
a los
que nunca doblegué mi espíritu,
pues
desde siempre supe que el artista que trabaja
con
honradez en el servicio de su Señor y de su obra,
muy rara
vez consigue la atención de las gentes
de su
tiempo; atención que estimula,
pero que
al fin y al cabo no necesita el arte.
Bajo las
altas bóvedas de esta iglesia ha transcurrido
la parte
más fecunda y hermosa de mis días:
el olor
de la cera y del incienso de las sagradas ceremo-
nias,
los
devotos rumores de las plegarias de los fieles,
me
acompañaron siempre mientras que yo intentaba,
sentado
aquí, en el coro, junto al dócil teclado
de este
órgano amigo, dar expresión cumplida
a la
inquietud que me embargaba el pecho.
Y en
cierto modo he sido feliz, porque acepté
con
humildad el fluir casi anónimo
de mi
destino, aunque a veces el desaliento y el hastío
se
acercaran a mí.
3 (Allegro non troppo, ma con
fuoco)
Ahora sé
que mi dicha
fue tan
sólo ignorancia de que un día cualquiera
habrías
de llegar: tu presencia bastó
para
arruinar la paz que con trabajo obtuve.
Cómo
negarme a la dulzura con que a veces me miras,
a tu
risa tan libre, al fulgor que te envuelve,
a la luz
que en tus labios brilla si es que me nombras.
Yo no
sé, yo no sé, pero bendigo esta locura
que
sacude mi espíritu y me llena de sol cuando te veo.
Y doy
gracias a Dios por haberte creado, por haber
permitido
que
vinieras de pronto para cambiar mi vida;
pues ya
no soy el mismo, aunque a los ojos
de todos
sea el de siempre y nadie, nadie sepa
que sólo
pienso en ti, que te amo, que es para ti mi
música.
2 comentarios:
Llegué aquí traído por el Quinteto, que investigaba mientras lo escuchaba, y debo decir que la yuxtaposición de los movimientos en video con las estrofas del poema de Sánchez me parece un acierto total. Así, el propio post se volvió una breve maravilla. ¡Saludos!
EStimado, te respondo después de cinco años. Ya no veo mi viejo blog, salvo de tiempo en tiempo, cuando realizo alguna actualización. Un saludo, más vale tarde que nunca.
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