Padeció en la tortura, padeció en la cruz. La "teología de la muerte de Dios" habría dicho que esa muerte, la muerte que se conmemora el viernes santo, es una muerte sin fin, una muerte que no acaba. Teotanatología. La pasión y muerte del Adán Redimido, ha sido motivo justo de música, de música grande capaz de representar el horror del crucificado. Tema inagotable que seguirá siendo - por los interesados a pesar de la "ciudad secular"- motivo de estremecimiento. El símbolo es poderoso: el ser humano crucifica al hijo de Dios.
Dos tipos de composiciones son célebres en recrear la pasión y muerte de Jesucristo. Las Pasiones y el Stabat Mater. Y los grandes maestros nos han brindado páginas preciosas y hondas sobre el sufrimiento crístico. Bach y Telemann con pasiones que parten de los evangelios canónicos. Y muchísimos compositores que tomaron el Stabat Mater del monje místico Jacopone Da Todi: Pergolesi, Vivaldi, Rossini, Pärt, entre otros.
Quiero hacer un breve viaje la pasión, en el padecer, de Cristo. Mostrar lo que es capaz de hacer el arte cuando lo que se ama está en otro orden.
1. Erbarme dich, mein Gott. Pasión según San Mateo. Johann Sebastian Bach.
Ten
piedad de mí, Dios mío,
advierte
mi llanto.
Mira mi
corazón,
mis ojos
que lloran
amargamente
ante Ti.
¡Ten
piedad de mí!
2. Es ist vollbracht!. Pasión según San Juan. Johann Sebastián Bach
Todo se
ha consumado!
¡Oh
consuelo para el alma que sufre!
La noche
del dolor
me deja
contar las últimas horas.
El héroe
de Judá
finalizó
la batalla
y
consiguió gran victoria.3. Stabat Mater de Pergolesi.
1.Versión
por Lope de Vega6
La Madre
piadosa estaba
junto a
la cruz y lloraba
mientras
el Hijo pendía.
Cuya
alma, triste y llorosa,
traspasada
y dolorosa,
fiero
cuchillo tenía.
2.
¡Oh,
cuán triste y cuán aflicta
se vio
la Madre bendita,
de
tantos tormentos llena!
Cuando
triste contemplaba
y dolorosa
miraba
del Hijo
amado la pena.
3.
Y ¿cuál
hombre no llorara,
si a la
Madre contemplara
de
Cristo, en tanto dolor?
Y ¿quién
no se entristeciera,
Madre
piadosa, si os viera
sujeta a
tanto rigor?
4.
Por los
pecados del mundo,
vio a
Jesús en tan profundo
tormento
la dulce Madre.
Vio
morir al Hijo amado,
que
rindió desamparado
el
espíritu a su Padre.
5.
¡Oh
dulce fuente de amor!,
hazme
sentir tu dolor
para que
llore contigo.
Y que,
por mi Cristo amado,
mi
corazón abrasado
más viva
en él que conmigo.
6.
Y,
porque a amarle me anime,
en mi
corazón imprime
las
llagas que tuvo en sí.
Y de tu
Hijo, Señora,
divide
conmigo ahora
las que
padeció por mí.
7.
Hazme
contigo llorar
y de
veras lastimar
de sus
penas mientras vivo.
Porque
acompañar deseo
en la
cruz, donde le veo,
tu
corazón compasivo.
8.
¡Virgen
de vírgenes santas!,
llore ya
con ansias tantas,
que el
llanto dulce me sea.
Porque
su pasión y muerte
tenga en
mi alma, de suerte
que
siempre sus penas vea.
9.
Haz que
su cruz me enamore
y que en
ella viva y more
de mi fe
y amor indicio.
Porque
me inflame y encienda,
y
contigo me defienda
en el
día del juicio.
10.
Haz que
me ampare la muerte
de
Cristo, cuando en tan fuerte
trance
vida y alma estén.
Porque,
cuando quede en calma
el
cuerpo, vaya mi alma
a su
eterna gloria. Amén.
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