No son tantos los poemas, los buenos poemas, que se han escrito a la música. Rilke, felizmente, nos dejó uno de los mejores poemas que se han escrito sobre nuestro arte esencial y que nos une como melómanos.
En este tiempo de cambios para Melomanía, quiero compartir este poema que hace poco pude leer y que considero que puede generar más ilusiones que muchos de los poemas que hemos consignado a lo largo de todos estos años.
La música
Rainer María Rilke
¿Qué,
tocas tú, muchacho? Iba por los jardines
igual
que muchos pasos, que órdenes susurradas.
¿Qué
tocas tú, muchacho? Mira, tu alma
se ha
enredado en los tubos de la flauta.
¿Por qué
la atraes? Es el son como una cárcel,
en que
se desperdicia y se equivoca;
fuerte
es tu vida, pero tu canción es más fuerte.
reclinada
en tu anhelo sollozando.
Dale un
silencio, que, callada, el alma
regrese
en tu fluyente y en lo mucho,
en que
vivió, creciendo, sabia y lejos,
antes
que le metieras en tu suave tocar.
Cómo
mueve sus alas ya más lánguida;
así
disiparás su vuelo, soñador,
hasta
que su ala, por el cántico hechizada.
no la
lleve más sobre mis paredes,
cuando
la llame yo para gozar.
El libro de las imágenes
(1902-1906)
Las Variaciones Enigma de Elgar a modo de conclusión del poema rilkeano. Ayuda a sentir mejor la hondura del texto.
Las Variaciones Enigma de Elgar a modo de conclusión del poema rilkeano. Ayuda a sentir mejor la hondura del texto.
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