Bastón y manos de Borges. |
¿Qué hubiera pensado el gran músico alemán sobre el poema que le hizo nuestro entrañable Jorge Luis Borges? En "La Moneda de Hierro" (1975), Borges le dedicó un hermoso poema al gran Brahms. Creo que no hay mejor manera de volver a escribir en Melomanía que brindarles este hermoso texto de un gigante a otro gigante.
A Johannes Brahms
Yo que
soy un intruso en los jardines
que has
prodigado a la plural memoria
del
porvenir, quise cantar la gloria
que
hacia el azul erigen tus violines.
He
desistido ahora, para honrarte
no basta
esa miseria que la gente
suele
apodar con vacuidad el arte.
Soy un
cobarde. Soy un triste. Nada
podrá
justificar esa osadía
de
cantar la magnífica alegría
¬fuego y
cristal¬ de tu alma enamorada.
Mi servidumbre
es la palabra impura,
vástago
de un concepto y de un sonido;
ni
símbolo, ni espejo, ni gemido,
tuyo es
el río que huye y que perdura.
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