Hace un siglo murio Nils Runeberg, teólogo sueco y autor de Kristus och Judas y de Den hemlige Frälsaren, ambos libros esenciales para descubrir y comprender el "misterio de Judas". Sin duda fue Den hemlige Frälsaren, el texto que más juicios apasionados generó por su vehemencia y contundencia y el que deparó los mayores infortunios a su autor.
Bien apunta Jorge Luis Borges en su acertado y erudito estudio sobre el célebre teólogo y docente en Lund:
Runeberg comprendió que no era
llegada la hora: Sintió que estaban convergiendo sobre él antiguas maldiciones
divinas; recordó a Elías y a Moisés, que en la montaña se taparon la cara para
no ver a Dios; a Isaías, que se aterró cuando sus ojos vieron a Aquel cuya
gloria llena la tierra; a Saúl, cuyos ojos quedaron ciegos en el camino de
Damasco; al rabino Simeón ben Azaí, que vio el Paraíso y murió; al famoso
hechicero Juan de Viterbo, que enloqueció cuando pudo ver a la Trinidad ; a los
Midrashim, que abominan de los impíos que pronuncian el Shem Hamephorash, el
Secreto Nombre de Dios. ¿No era él, acaso, culpable de ese crimen oscuro? ¿No
sería ésa la blasfemia contra el Espíritu, la que no será perdonada (Mateo 12:
31)? Valerio Sorano murió por haber divulgado el oculto nombre de Roma; ¿qué
infinito castigo sería el suyo, por haber descubierto y divulgado el horrible
nombre de Dios?
Ebrio de insomnio y de
vertiginosa dialéctica, Nils Runeberg erró por las calles de Malmö, rogando a
voces que le fuera deparada la gracia de compartir con el Redentor el Infierno.
Murió de la rotura de un
aneurisma, el primero de marzo de 1912. Los heresiólogos tal vez lo recordarán;
agregó al concepto del Hijo, que parecía agotado, las complejidades del mal y
del infortunio.
Hoy en Melomanía rendimos homenaje al hombre, al personaje, al laberinto que nos lego a todos los mortales de esta parte del mundo.
Se me viene a la mente la célebre aria de La Pasión según San Juan de Bach: Es ist vollbracht. Quizás todo, tras Judas, todo esté consumado.
Se me viene a la mente la célebre aria de La Pasión según San Juan de Bach: Es ist vollbracht. Quizás todo, tras Judas, todo esté consumado.
¡Todo se ha consumado!
¡Oh consuelo para el alma que sufre!
La noche del dolor
me deja contar las últimas horas.
El héroe de Judá
finalizó la batalla
y consiguió gran victoria.
10 comentarios:
«Por supuesto, ni la historia ni el teólogo son reales. Runeberg sólo fue el personaje que Borges inventó para su cuento Tres versiones de Judas. El escritor necesitó dar vida a Runeberg para anunciar algo que no podía decir un escéptico que creía que la Teología no era más que la perfección de la Literatura Fantástica, y Dios, su mejor invención.
Sin embargo, antes de morir Jorge Luis Borges rezó con fervor el Padrenuestro».
Sonia Lira
EStimado Rubén:
¿Cómo que no existió Nils Runeberg? Borges lo demostró inventándolo.
Saludos
Me encantó tu forma de contarlo... un cuento sobre un personaje de un cuento... con las cautivantes y falaces realidades borgeanas...
Gracias por entender este homenaje.
saludos
Estou lendo Borges
Exacto!
Qué hubiese pasado si Judas no hubiera entregado a Cristo. Era imperativo entregarlo?. Pienso; igual su mensaje hubiese perdurado mientras el se hubiese "evaporado" a ocupar su lugar en otras esferas prohibidas para el humano.Entonces, el acto de Judas se interpreta como una de las tantas bajezas del ser humano qué tenemos que vencer para "querer ser como ellos" (biblia/génesis).Es decir, Judas simplemente es una representación mezquina de la humanidad; como lo fue Cain que reto a Dios..., creo qué no hay qué divinizar a Judas...
Que genialidad Borgeana! Me encantó.
Las gracias a Borges, por su homenaje. Saludos
Partiendo de que la tramoya de la Redención de Cristo sea real, es claro que Judas Iscariote es el héroe y personaje central, pues sin su concurso y su sacrificio, no se hubiese podido llevar a cabo el otro sacrificio. Así que debemos revaluar nuestro concepto
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